Arthur Russell pasó por el mundo como una llamarada y dejó mucho más de lo que el mundo consiguió percibir. Fue un experimentador que planteó innovación y poesía potente a distintos mundos artísticos de su época. Así, jugó con su chelo (lo efectó e hizo cantar a más no poder), se codeó con otros disímiles cometas, como David Byrne, Nicky Siano o Philip Glass. Personaje clave de la No-Wave, se dividió sin problema entre pistas de baile míticas como The Loft y las esferas del “arte” de EEUU. Cuando murió dejó tras de sí más de 1000 cintas, 40 de ellas diferentes mezclas de una sola canción.
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