Hace unos días, chequeando la frondosa colección de discos de Joseal, un buen amigo adicto a la música (de los que saben enserio), me di cuenta de algo: es muy muy difícil encontrar un melómano que tenga entre 30 y 40 años, al cual de una u otra manera no le sea importante el sello 4AD. Y digo importante pero de enserio, por que la mayoría de esa música pega donde más duele, que es en la emoción.
En lo personal, ese catálogo me genera reflejos por todo el cuerpo. Quise ser niño dark escuchando a Bauhaus y The Birthday Party. Los que escriben de música, dicen que los dos grupos fundaron el rock gótico. Del primero salieron Peter Murphy y Daniel Ash (que luego fue Love And Rockets), del otro Nick Cave… casi nada. Eso en el primer año del sello.
Lloré después de que me dejó alguna novia escuchando a Red House Painters, Heidi Berry o Cocteau Twins… los Cocteau… que difícil es hablar de la voz de un ángel como Elizabeth Fraser. ¡Huy! Y lo que es esa voz en la versión de “Song to the siren”, ya dentro de This Mortal Coil, colectivo dirigido por el director del sello, Ivo Watts-Russell, en el cual colaboraron cantidad de integrantes de 4ad, y también algunos de otros.
Entré en trance místico e introspección escuchando a Dead Can Dance, Dif Juz, Le Mystere Des Voix Bulgares, Insides (especialmente con Clear Skin), His Name Is Alive, Pieter Nooten y Harold Budd.
Exploté en sensaciones con el shoegaze de grupos como Pale Saints, Lush o Swalow.
Me sumé al indie pop con Ultra Vivid Scene (una voz única!), Kristin Hersh y Pixies…. Con los Pixies salté como quinceañero… y aún lo sigo haciendo. De integrantes de ese grupo surgió The Breeders, del cual nadie puede olvidar su “Cannonball”.
Me abrí al baile escuchando a Clan of Xymox y MARRS.
Pocos sellos me despiertan tantas cosas. Por lo que veo, cada vez que reviso alguna buena colección de discos, le pasa lo mismo a muchas personas. Es que mirando hacia atrás, uno puede notar que de esa plataforma surgió mucho de lo que pasó entre los 80as y los 90as. Y ese eco, todavía sigue dando vueltas por el aire. Cualquier cosa, pueden encontrar mucho de ese pasado plasmado en la música que hace Atlas Sound. (este post va dedicado a Ale Maiolo y Fabian Zurlo, mis mentores de niño, que siguen siendo mis amigos queridos de grande)